El café no sólo tiene aroma y sabor, sino también cuerpo. Las tres características en conjunto hacen del café una bebida que no sólo aumenta la lucidez y la concentración, sino también permite evocar sensaciones y recuerdos.
- El aroma es el conjunto de perfumes
- El sabor refiere tanto a la acidez como a las notas que distinguen las variedades
- El cuerpo es la percepción táctil que surge entre la lengua y el paladar
Más allá del cuerpo y el sabor, el aroma del café es el responsable de la mayoría de las cualidades del sabor. El aroma se percibe tanto por el olfato, como a través de las vías retronasales; es decir, cuando el café está en la boca o en la garganta y los compuestos volátiles se difunden por los canales nasales.
Una buena degustación permite ampliar la percepción sensorial y disfrutar individualizando cada componente del café. Comenzando con el olfato, se reconocen distintos aromas y sabores. Una vez en boca se distinguen el cuerpo y la textura y posteriormente se busca registrar la variedad de sabores.