La variedad de cafés parece ser ilimitada; el café tiene tanta versatilidad que es posible combinarlo con casi todo. El café con leche tiene una abultada familia de tonalidades: americano, uruguayo, lágrima, cortado, doble, con crema, espuma, frío, caliente… La belleza de tonalidades de un cappuccino puede llegar a ser interminable y alrededor de esta perfección de colores inició una tendencia llamada “Arte del latte” o “Latte art”. Es decir: diseños en la espuma del café; un manifiesto del arte fugaz que embellece las tazas calientes y completa una experiencia absolutamente sensorial.
Para hacer latte art, la leche vaporizada y el espresso deben ser perfectos. Las figuras «dibujadas» sobre la espuma de la leche del espresso pueden variar o ser el sello de autor del «barista» que prepara el café. Formas abstractas o concretas, rostros reconocibles, personajes animados o reales, todo puede dibujarse con esta técnica que puede desarrollarse a mano alzada durante el volcado de la espuma de leche o pincelar a modo de terminación una vez que el café está preparado.